Como dice la canción “el verano ya llegó ya llegó…el verano ya está aquí para hacerte feliz…” pero es justo aquí cuando nos detenemos a reflexionar: ¿el verano nos hace a todos felices?
Algunos pacientes de nuestro Centro de Terapia Breve no sentían esa felicidad cuando pensaban en el verano. Pacientes que acudieron a nuestro centro porque no tenían una relación sana con la comida, y eso, con la llegada del verano, les atormentaba aún más.
Pacientes que han podido conseguir grandes avances en su relación con la comida, que han eliminado los atracones, y que han aprendido a gestionar sus emociones frente a la comida gracias a tener las herramientas adecuadas que ofrece la psiconutrición.
Psiconutrición: alimenta tu cuerpo y tu mente, también en verano
Y es que la psiconutrición no consiste en seguir una dieta restrictiva o contar calorías, sino de desarrollar una relación sana y consciente con la alimentación. Esta disciplina que aúna los conocimientos de la psicología y de la nutrición, parte de la premisa de que nuestros pensamientos, emociones y conductas influyen directamente en nuestros hábitos alimenticios, y viceversa.
Implica comprender cómo nuestras emociones, pensamientos y comportamientos afectan a lo que comemos y cómo nuestro cuerpo procesa los alimentos.
En el Centro de Terapia Breve Ana Belén Medialdea, ofrecemos este servicio donde las profesionales de la psicología trabajan formando equipo junto con la nutricionista en un enfoque multidisciplinar. Por ejemplo, un paciente que necesite mejorar sus hábitos de vida trabajará la parte de conducta y emociones y con la nutricionista todo el aspecto nutricional.
Puedes leer más sobre qué es la psiconutrición en otro artículo de este blog, pero hoy nos centraremos en el verano, la estación más disfrutona, que a algunas personas que no tienen buena relación con la comida trae por el camino de la amargura.
Y es que, sí, el verano está hecho para disfrutar: disfrutar de la playa, del sol, de las vacaciones, de las terrazas, de la familia, de los amigos…
Y entre tanto disfrute, el verano tiene un impacto en nuestros hábitos alimenticios y en nuestra salud mental:
- Cambios en la rutina: solemos desestructurar nuestros horarios, comidas y planes alimenticios. Esto puede llevar a un aumento del consumo de alimentos procesados, azucarados y bebidas no saludables,especialmente si estamos de vacaciones o disfrutando de eventos sociales.
- Factores emocionales: el calor, el estrés por las vacaciones o la presión social por lucir el temido “cuerpazo de verano» pueden desencadenar emociones negativas que nos impulsan a comer de forma poco saludable o a realizar dietas restrictivas que no serán sostenibles en el tiempo.
- Mayor exposición a la comida: las cenas en las terrazas, las tapas, la cervecita del chiringuito, el helado… La tentación está en todas partes durante el verano. Es necesario aprender a gestionar estas situaciones y tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos.
¿Cómo mantener una relación saludable con la comida en verano?
Si la actividad social en esta época estival nos supone un estrés emocional, así como el miedo a ganar esos “kilitos de más” tan típicos de las vacaciones o la vergüenza a destapar y enseñar nuestro cuerpo nos corroe, toma nota de estas claves:
- Planificación y organización: planifica las comidas con antelación, si comes en restaurantes o chiringuitos, combina alimentos frescos o cocinados a la plancha; en los viajes o excursiones prepara y lleva contigo siempre snacks saludables, será clave para evitar caer en la comida rápida o procesada.
- Hidratación adecuada: bebe suficiente agua, es fundamental para mantener el cuerpo fresco e hidratado.
- Recetas saludables, frescas y de temporada: aprovecha las frutas y verduras del verano para elaborar platos ligeros como ensaladas o gazpachos.
- Disfruta sin culpa: es sano y necesario para tu mente permitirte caprichos de vez en cuando y pensar que un helado o un tinto de verano no te harán daño. La clave está en encontrar el equilibrio y disfrutarlos con moderación.
- Mantente activo en verano: la actividad física te ayudará a gestionar las emociones frente a la culpa y mejorará tu estado de ánimo. Incluso, si estás de vacaciones, puedes planificar rutas por la montaña, andar por la playa o buscar rutinas de ejercicio al aire libre sin necesidad de material adicional.
- Descansa el cuerpo y la mente: dormir lo suficiente es esencial para regular las hormonas que controlan el apetito y el estado de ánimo. Desconecta del trabajo y de las preocupaciones. Relaja cuerpo y mente, dentro de lo posible.
La psiconutrición te da las herramientas para saber gestionar tu relación con la comida.
La psiconutrición va más allá de algunos tips que podemos sacar de internet para conseguir el bienestar emocional con la comida…
Nuestros pacientes del Centro de Terapia Breve adquieren las herramientas necesarias para saber gestionar y mejorar su relación con la alimentación, gracias a los principios de la psiconutrición en los que basamos su terapia y nuestro enfoque estratégico.
Identificar emociones y hábitos es el primer paso para mejorar nuestra relación con la comida. Tomar conciencia de nuestras emociones y cómo estas influyen en nuestros hábitos alimenticios. En verano nos asaltan muchos pensamientos relacionados con la comida y con nuestro cuerpo, bien queda de manifiesto con la famosa (y también temida por muchos) “operación bikini”. Es en esta estación justamente cuando podemos “alertar” esos comportamientos y detectarlos a tiempo para tratarlos en terapia.
- El estrés, en una sociedad ya estresada de por sí, se ve acentuada en verano: la conciliación laboral, el calor, los viajes “cansados”, el aburrimiento de los niños o el tener que hacer demasiadas actividades para entretenerlos… puede afectar negativamente a nuestra alimentación. Será muy necesario conocer las herramientas que nos ayudarán a controlar el estrés y mejorar nuestra relación con la comida.
- La autoestima y la imagen corporal suelen verse decaídas en esta época, pues en verano nos exponemos más a la comparación social y nos preocupamos por el qué dirán. Es importante cultivar una autoestima sana y aceptar nuestro cuerpo tal y como es, y para ello necesitamos conocer las herramientas necesarias.
En definitiva, la psiconutrición nos ayudará a gestionar todas esas emociones como la ansiedad, el estrés, el miedo o la vergüenza, derivadas de una mala relación con la comida.
¿La psiconutrición es para mí?
Responde a esta pregunta:
¿Qué sientes cuando oyes eso de “cuerpo de playa”, “operación bikini”, “comer en una terracita o chiringuito”…? La psiconutrición será muy beneficiosa para cualquier persona que desee mejorar su salud y bienestar atacando al problema desde la psicología y desde la nutrición.
Y, en concreto, para:
- Personas con trastornos alimenticios o dificultades para controlar su peso.
- Quienes desean desarrollar una relación más sana con la comida y su cuerpo.
- Individuos que buscan mejorar su estado de ánimo y aumentar sus niveles de energía.
- Personas que experimentan estrés, ansiedad o emociones difíciles relacionadas con la comida.
En definitiva, la psiconutrición nos ofrece un enfoque integral para mejorar nuestra salud física y mental ya que al comprender la relación entre la comida, las emociones y los pensamientos, podemos desarrollar hábitos alimenticios saludables y sostenibles que nos permitan alcanzar un mayor bienestar.
Como expertos en trastornos de la conducta alimentaria, desde nuestro Método de Terapia Breve entendemos que la combinación de un profesional de la nutrición y de la psicología, nos permite trabajar de una forma más integral y efectiva para poder ayudar a nuestros pacientes con sus emociones y su mala relación con la comida.
Si estás decidido a tener una relación más saludable contigo y con la alimentación y conseguir así tu bienestar emocional, estaremos encantados de poder ayudarte.
