«Las cicatrices de nuestras pérdidas son recordatorios de que sobrevivimos, y que todavía tenemos algo que dar.»
Una tragedia sin precedentes en nuestro país. Una DANA devastadora que azotó Valencia y Castilla la Mancha arrasando con todo a su paso. Dejando el dolor más profundo y la impotencia más desoladora que puede mostrar una catástrofe natural. Dejando vidas rotas. Y escombros. Y barro. Mucho barro. Y una huella imposible de borrar.
Solo el pueblo salvará al pueblo
Más allá de que esta frase suene a poesía de la que desgarra, hemos presenciado, en medio de esta tragedia, cómo en los momentos más duros se muestra siempre del lado más solidario y humano de las personas.
Miles de voluntarios acudieron y siguen acudiendo a las zonas más afectadas, dejando su huella en el barro, pero también en los corazones de quienes han sufrido esta catástrofe en primera persona.
Porque ya sabemos que la unión hace la fuerza y en momentos de crisis, ese apoyo, y darnos cuenta de que no estamos solos, es lo que nos hace más fuertes y nos permite salir adelante.
El impacto psicológico de la DANA: nos ha dejado una huella imborrable.
La DANA ha dejado una huella imborrable en nuestro país.
Una cicatriz abierta en el paisaje, en las vidas de las personas y en el alma de todos.
Si bien esta Dana nos ha mostrado tantas historias como personas la han sufrido y la están sufriendo, también hay diferentes maneras de sentirlas, de procesar el dolor y de “enfrentarse” a ella. Tantas experiencias como personas.
Sin embargo, existen herramientas y estrategias que pueden ayudarnos a navegar este difícil camino hacia la recuperación.
Los desastres naturales como la Dana siempre desencaderán reacciones emocionales de todo tipo, desde miedo y ansiedad hasta tristeza, impotencia, rabia…y mucho dolor.
Todo esto, con el tiempo (en mayor o menor medida en función de cada persona, como decíamos antes) nos dejará diferentes problemas de salud mental.
- Estrés postraumático: para todos aquellos que reviven lo sucedido de manera traumática a través de pesadillas, flashbacks o recuerdos negativos.
- Ansiedad: ya que la preocupación constante por la seguridad de uno mismo y la de sus seres queridos puede generar una sensación de alerta constante.
- Depresión
- Culpa: tanto sentir culpa hacia sí mismo como culpar a otros por lo ocurrido.
- Fobias y traumas: evitar los lugares o las personas que les recuerdan el trauma puede llevar, por ejemplo, al aislamiento social.
Guía para cuidar nuestra salud mental tras una tragedia
Reconocer que todas estas reacciones son normales y que además pasaremos por alguna o cada una de las fases de este proceso, es lo primero que debemos entender.
Lo segundo es que debemos tener claro que, con el tiempo y la ayuda necesaria, podremos recuperarnos. Cuidar nuestra salud mental después de una experiencia traumática como es una catástrofe natural devastadora como lo ha sido esta dana, es tan importante como cuidar nuestro cuerpo físico. Ojalá algún día todos entendamos esto.
Toma nota de estos consejos para cuidar tu salud mental
- Permítete sentir. No reprimas tus emociones. Permítete llorar, sentir miedo o enojo. Es importante expresar lo que sientes de una manera saludable.
- Limita el tiempo que pasas informándote sobre lo ocurrido: Es importante estar informado pero no sobreinformado. La sobreinformación puede hacer que estemos contínuamente en estado de alerta. Por lo que te recomiendo establecer unos horarios para informarte de lo ocurrido y siempre desde un medio de comunicación fiable.
- Cuida de ti mismo. Sé que es difícil, pero en los momentos de dificultad es muy importante cuidar de nosotros mismos, ya que es cuando más nos necesitamos. Es fundamental dormir, si sientes que no puedes dormir, busca ayuda para poder hacerlo. Intenta hacer ejercicio, dedica tiempo a actividades que disfrutes. Cuida de ti y sé amable contigo, con tu cuerpo y con tu mente.
- Conecta y relaciónate. Busca apoyo en tu comunidad. Participar en grupos de apoyo puede ayudarte a sentirte menos solo y a aprender de las experiencias de otras personas.
- Intenta hacer algo que te pueda relajar. La meditación, la respiración profunda y el yoga serán tus aliadas para reducir el estrés y la ansiedad.
- Busca ayuda profesional. Si sientes que no puedes manejar tus emociones por ti solo, no dudes en buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
- Ten en cuenta que la recuperación es un proceso, y hay que pasarlo. Es un proceso gradual y que no hay un tiempo establecido para sanar. Cada persona avanza a su propio ritmo.
Recuerda: la recuperación y un nuevo futuro es posible
Aunque la DANA ha dejado una profunda cicatriz, es posible superar esta experiencia y reconstruir nuestras vidas. Con el tiempo y el apoyo adecuado, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante.
Recuerda:
- No estás solo: hay muchas personas que te quieren y te apoyan.
- Hay ayuda a tu alcance: no dudes en buscar ayuda si la necesitas.
- La recuperación es posible: con tiempo y esfuerzo, puedes sanar. Vas a sanar.
La DANA ha sido una auténtica tragedia como no habíamos vivido antes en nuestro país a causa de un desastre natural, pero también ha sido una oportunidad para unirnos como pueblo, como país, y demostrar, una vez más, nuestra resiliencia.
El barro: símbolo de esperanza.
Al igual que la DANA ha dejado una huella imborrable en las vidas de los que la han sufrido en primera persona, la ayuda humanitaria y desinteresada de los voluntarios han dejado una marca en la historia, un testimonio de la capacidad humana para superar la adversidad.
Como psicóloga, creo que es fundamental y necesario:
- Brindar apoyo emocional: las personas afectadas por la DANA necesitan tiempo y espacio para procesar su dolor y reconstruir sus vidas.
- Fomentar la resiliencia: ayudar a las personas a desarrollar herramientas para afrontar el estrés y la adversidad.
- Promover la solidaridad: continuar apoyando a las comunidades más afectadas y seguir fomentando el voluntariado.
La huella de esta DANA en nuestro país será una grieta profunda y duradera, pero también será una oportunidad para crecer y florecer entre el lodo.
Porque al igual que las huellas en el barro, las acciones de cada uno de nosotros pueden marcar la diferencia.
Si estás sufriendo algún trauma debido a la dana de Valencia, en el Centro de Terapia Breve te tendemos la mano para acompañarte en el camino.
