En el artículo de hoy quiero hablarte de cómo establecer límites saludables y comunicarnos de una forma asertiva nos ayuda a mejorar nuestra autoestima y también nuestra salud mental.
¿Te has parado alguna vez a pensar a dónde te lleva no dejar claros tus límites?
Poner límites y decir no a los demás o, a veces, a nosotros mismos, nos ayuda a protegernos y a evitar vivir en un estrés mantenido en el tiempo que puede llegar a derivar en ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental, e incluso físicos. No sé si alguna vez de habrá ocurrido esto de no querer ir a algún sitio y de repente, sentir un fuerte dolor de barriga, un pinchazo en el pecho, dolor de cabeza… Esto son síntomas somáticos que surgen cuando acumulamos mucha tensión por el nerviosismo interno que nos genera no gestionar una emoción o hacer cosas que realmente no queremos hacer, no podemos hacer o sentimos que nos vemos en la obligación de hacer.
No dejar claros nuestros límites, aparte de enfermarnos, nos ayuda a dar demasiado y sin medida a los demás. Nos lleva a depender y atarnos emocionalmente a los demás, también a que ellos dependan más de ti y te exijan estar para hacer lo que haces siempre. A veces, cuando damos tanto y sin medida, nos convertimos en invisibles para los demás ya que estos acaban dando por hecho que siempre estaremos ahí, haciendo lo que ellos consideran que debemos hacer. No se paran a preguntarse si realmente queremos hacerlo o si podemos hacerlo, dan por hecho que lo vamos a hacer, como probablemente, hemos hecho siempre.
Cuanto más evitamos decir que no, más incapaces creemos que somos de decirlo. Cada vez que evitamos enfrentarnos a nuestro miedo a decir no, este miedo se hace más fuerte. Es por eso por lo que puede que cada vez te cueste más.
Además, no dejar claros nuestros límites, nos lleva, entre otras muchas cosas a intentar complacer a todo el mundo. A sentir un miedo paralizante a sufrir rechazo o a que te abandonen y, sobre todo, a aceptar maltratos. Cuando no pones límites te arriesgar y te pones en el peligro de que te manipulen, te chantajeen, te hagan sentir muy culpable por defender tus necesidades y este tipo de relaciones con los demás, destruyen poquito a poco tu autoestima.
Cuando no decimos que no a cosas que no queremos, cuando nos callamos y no defendemos algo que consideramos injusto, cuando no verbalizamos exactamente lo que queremos decir, es como si bebiésemos en ese momento un poquito de veneno que hace que nuestro amor propio, nuestra autoestima, muera un poquito.
¿Cuáles son las señales de que necesitas límites más saludables para cuidar tu autoestima?:
- Te sientes muy agobiado/a.
- Sientes resentimiento hacia la gente que te pide ayuda.
- Evitas las llamadas y las interacciones con las personas que crees que tal vez te van a pedir algo.
- Sueles verbalizar o comentar a las personas de tu entorno que ayudas a la gente y que no recibes nada a cambio.
- Te sientes agotada/o y con falta de energía.
- No tienes tiempo para ti mismo/a.
- A menudo sueñas con dejarlo todo y marcharte lejos.
- Tienes episodios de rabia y tristeza.
En consulta, este problema lo vemos a diario tanto mis compañeras como yo. Lo que más nos suelen preguntar nuestros pacientes es: ¿Por qué la gente no se toma en serio mis límites? ¿por qué cuando digo que no, no me respetan?
Los demás pueden no respetar nuestros límites por varios motivos:
- Porque a la hora de comunicarlos no lo dices de una forma seria, sino que lo dices desde la ironía o entre sonrisas.
- Porque puede que no te estés expresando con suficiente claridad y estés dando varios rodeos.
- Porque solamente los manifiestas una vez y esperas a que las personas recuerden cuáles son tus límites.
- Porque das por sentado que los demás tienen que saber qué es lo que te molesta y lo que esperas de ellos/as o lo no quieres hacer.
- Porque te quedas en el aspecto de la comunicación y no pasas a la acción. Es decir, hablas mucho pero luego no haces lo que dices.
- En muchas ocasiones, pueden que no estén respetando tus límites no porque no lo estés comunicando bien, sino porque esa persona no te está respetando a ti y puedes estar sin darte cuenta en una relación familiar, de pareja, de amistad, laboral… de maltrato. Recuerda que cuando alguien te maltrata, da igual lo asertivo que te propongas ser. Ante el maltrato, es importante salir de ahí porque por mucho que te comuniques, si con tus hechos sigues permaneciendo ahí, tus hechos demostrarán que permites esa conducta. El maltrato mata la autoestima. Te anula, te hace creer que no vales nada.
Poner límites no es fácil, sobre todo con la gente a la que queremos. Al principio, comunicar lo que quieres y lo que necesitas es duro y no es siempre un procesoagradable. Si no estamos acostumbrados a establecer límites saludables y nuestra autoestima no está saneada, es decir, si no tenemos una sana relación con nosotros mismos/as, poner límites puede resultar incómodo ya que cuando empieces a establecerlos, puede que sientas miedo, rabia, culpa, tristeza, frustración…
Quizá hasta incluso te cuestiones que es mucho mejor enfadarte contigo y destruir tu autoestima que arriesgarte a que otra persona se pueda enfadar contigo. Si te ocurre esto, es muy importante que pidas ayuda para que un profesional pueda trazar contigo un plan de acción para que poquito a poco, puedas ir enfrentándote a estos miedos, puedas sanear tu autoestima y protegerte estableciendo límites para cuidar de ti y asumir esa responsabilidad.
¿Puedes establecer límites sin sentirte culpable?
La culpa es parte del proceso. La culpa se suele sentir cuando piensas que lo que haces está mal. La culpa es un sentimiento y, como el resto de los sentimientos, la culpa viene y se va.
¿Alguna vez ha habido algo que te haya emocionado muchísimo? ¿lo dejaste todo por esa emoción? ¿faltaste al trabajo por ello? ¿estuviste todo el día en la cama o hiciste lo que tenías que hacer, al mismo tiempo que te sentías emocionada?
Si pudiste en ese momento, también puedes seguir con tu vida mientras te sientes culpable.
Aunque al principio pueda no ser agradable, cuanto más límite establezcas, más fácil te resultará, sobre todo, cuando experimentes la paz que conlleva y el bienestar que produce sentir que te defiendes y que no haces aquello que no quieres hacer por el miedo a que se enfaden, te rechacen o te abandonen.
Recuerda que, los demás no tienen por qué saber lo que quieres, dejarlo claro es tu responsabilidad.
Protegerte estableciendo límites te permite construir una autoestima sana. Mereces tratarte con respeto. Estamos aquí para ayudarte si lo necesitas.