La vuelta al cole, normalmente, la pintamos con ilusión. Las campañas de publicidad nos avasallan con imágenes de niños o adolescentes que sonríen, felices, con ganas de volver a las aulas, enseñando sus mochilas nuevas y sus nuevos colegiales.
Pero no nos olvidemos de que la vuelta al cole también tiene otra realidad:
la de los estudiantes que llegan a clase con miedo. Miedo a que les acosen, miedo a no encajar, miedo a que un compañero les haga la vida imposible durante el curso o incluso que ese acoso se traslade a las redes y al resto de su vida. Esto también existe, esto también es una realidad del inicio del curso.
La vuelta al cole, momento de transición y nuevos desafíos
La vuelta al cole es un periodo de transición que puede ser emocionante pero también generar cierta ansiedad en los niños y adolescentes. Representa un cambio en su rutina diaria, nuevas amistades, profesores y desafíos académicos. Para algunos, esta transición puede ser especialmente difícil si ya han experimentado episodios de acoso escolar.
El acoso escolar, un problema persistente
El acoso escolar es un problema muy complejo y lleno de diferentes factores que tiene un fuerte impacto y graves consecuencias para la salud mental de quienes lo sufren. Las formas de acoso en las que se representa el acoso escolar son diversas y pueden incluir:
- Verbal: insultos, amenazas, burlas, rumores.
- Físico: golpes, empujones, robos, daños a objetos propios.
- Social: exclusión social, aislamiento intencional, propagación de rumores.
- Ciberacoso: a través de internet, redes sociales, mensajes de texto.
¿Por qué la vuelta al cole puede intensificar el acoso escolar?
Nuevos entornos: un cambio de escuela o de clase puede exponer a los niños a nuevos grupos sociales y dinámicas, aumentando así las opciones de acoso.
Vulnerabilidad: los niños que se sienten inseguros o diferentes pueden ser blanco más fácil de los acosadores.
Dinámicas de grupo: la presión por encajar y la formación de grupos sociales pueden generar un clima de exclusión y hostilidad.
Señales para reconocer que mi hijo sufre acoso escolar
Cambios en el comportamiento: Aislamiento social, tristeza, ansiedad, bajo rendimiento académico, cambios en el apetito o el sueño, miedo a ir a la escuela.
Marcas físicas: Moretones, rasguños, ropa rota.
Pérdida de objetos personales.
Dificultades para concentrarse o problemas de aprendizaje.
¿Cómo prevenir y abordar el acoso escolar?
Educación: Es fundamental educar a niños, adolescentes y adultos sobre el acoso escolar, sus consecuencias y cómo prevenirlo.
Comunicación abierta: Fomentar un clima de confianza en el hogar y en la escuela para que los niños se sientan seguros al hablar sobre lo que les preocupa.
Intervención temprana: Actuar de manera rápida y eficaz ante cualquier sospecha de acoso escolar.
Colaboración: La colaboración entre familias, escuela y comunidad es esencial para crear entornos seguros y libres de acoso.
Empoderamiento de las víctimas: Ayudar a las víctimas a desarrollar habilidades sociales y emocionales para afrontar el acoso y construir una autoestima saludable.
¿Cómo ayudar a un niño que sufre acoso escolar?
- Escucha activa: escucha atentamente lo que el niño tiene que decir sin juzgarlo, y siempre manteniendo la calma.
- Validación de sus sentimientos: hazle saber que crees en él y que sus sentimientos son válidos.
- Empoderamiento: ayúdale a saber cómo enfrentarse al acoso y a buscar ayuda cuando la necesite.
- Contacto con la escuela: informa a su tutor y a la dirección del centro sobre la situación.
- Apoyo profesional: por supuesto, cuando lo necesites, busca ayuda de un profesional que os dará las estrategias para poder gestionar las emociones, así como las herramientas necesarias para saber cómo actuar en cada caso.
En nuestro Centro de Terapia Breve abordamos estos temas, tendiéndote la mano para acompañarte en el camino.