En el post de hoy quiero hablarte sobre cómo la ansiedad puede afectarte a tus hábitos alimenticios.
Hay muchas personas que sufren ansiedad y cuando conectan con ese sentimiento de miedo y de incertidumbre utilizan la comida para calmar un el malestar que les genera la ansiedad. La comida nos genera placer y, en muchas ocasiones como por ejemplo esta, puede convertirse en un anestésico. Mientras estamos comiendo, muchas veces ni estamos pensando, ni estamos teniendo que enfrentarnos a todas aquellas cosas que nos generan un malestar y que no sabemos muy bien cómo enfrentar.
Durante los últimos meses, en nuestro centro de terapia breve, han aumentado las consultas de psiconutrición por este motivo.
Las personas que intentan canalizar su ansiedad a través de la comida sufren mucho ya que, en un primer momento, mientras están comiendo se relajan, pero, automáticamente después, su nivel de ansiedad aumenta, ya que vuelven a encontrarse con el sentimiento que tenían antes de haber comido sin control más el sentimiento de culpa que les genera haber comido de más y no haber comido algo más saludable. Además, como los problemas de estrés y de ansiedad generan muchos trastornos digestivos e intestinales, el sentimiento de culpa también va asociado al dolor físico o la molestia que supone haber comido algo que no le sienta bien a tu cuerpo.
Las personas que utilizan la comida para calmar el malestar que les genera la ansiedad, sufren lo que se llama hambre emocional.
Ahora bien, antes de continuar quiero que entiendas la diferencia entre hambre físico, hambre emocional y comer con ansiedad o de forma compulsiva.
En nuestras consultas de nutrición, tenemos un enfoque diferente, no hacemos “dietas”, no somos “peso centristas” justamente porque cada día nos llegan pacientes nuevos que acuden porque otros dietistas o nutricionistas les habían enviado una dieta demasiado restrictiva. La restricción nos provoca hambre real y cuando esto sucede, es normal caer en el atracón por restricción.
“Cuando nos prohibimos algo, esto que nos prohibimos se vuelve irrenunciable”.
Es por eso que, cuando tenemos problemas con la alimentación, comemos de forma emocional perjudicial o compulsiva, la restricción nos va a llevar automáticamente a meternos en la espiral de: “me prohíbo comer un cierto alimento, no puedo respetar mi prohibición, me acabo comiendo esto que no quería comerme más lo que me he comido junto a esa prohibición y después de comerlo, me siento fatal, muy culpable, con dolor de tripa y con la sensación de que no puedo parar ni frenar cuando me siento así”.
¿Qué no suele funcionar en este tipo de problemas?
Muchos de nuestros pacientes que han acudido a consulta de psiconutrición, una de las cosas que nos han comentado es todo lo que habían puesto en práctica con otros nutricionistas o psicólogos.
Desde el modelo de terapia breve del CTB, ante cualquier tipo de problemática analizamos qué es lo que hace la persona con sus mejores intenciones que no le ayuda a solucionar el problema, sino a empeorarlo. Algunas de las soluciones que hemos visto que no ayudan son las siguientes:
- Hacer respiraciones conscientes cuando tienes muchas ganas de ingerir un alimento que te has prohibido.
- Prohibirte ciertos alimentos por no ser lo saludables que deberían.
- Hacer dietas restrictivas o estrictas.
- Realizar deporte cada vez que sientas ansiedad por comer. El deporte es muy beneficioso para nuestra salud física y mental, pero hacer deporte para no sentir, no es lo más recomendable.
- Distraer nuestra mente con algún hobby, esto no puede funcionarte siempre.
Si alguna de estas soluciones te funciona, estupendo. Porque no todo funciona para todas las personas.
¿Cuándo esto se convierte en un problema?
Cuando te empeñas en que algo que no te funciona, te funcione. Si has puesto en marcha alguna de estas recomendaciones que te ha podido dar algún especialista y no te ha funcionado, no significa que tu problema sea irresoluble o que tú seas incapaz. Es que quizá esa no es la estrategia que tú necesitas para aprender a alimentarte de una forma saludable y evitar comer por ansiedad.
Cada persona somos diferentes y por ello, necesitamos estrategias a medida para cada uno de nosotros.
¿Cómo podemos ayudarte?
En nuestro Centro de Terapia Breve Ana Belén Medialdea, trabajamos desde el marco de la Terapia Breve Estratégica integradora. Esta metodología es muy eficiente para trabajar todos los problemas de la conducta alimentaria.
Además, contamos con nuestro equipo de nutrición ya que consideramos muy importante que, en estas problemáticas, ambos especialistas trabajemos en equipo para dar un buen servicio de psiconutrición ajustado a las necesidades de nuestros pacientes.
¿Cómo funciona nuestro servicio de psiconutrición?
Cuando nos llega un paciente con un trastorno de la conducta alimentaria, el primer paso es derivarle con una de nuestras psicólogas estratégicas especialistas en TCA. Nuestra psicóloga durante la primera sesión evaluará el problema y decidirá cuándo derivar al servicio de nutrición, de esta manera se forma el equipo de psiconutrición y ambos profesionales trabajan con el mismo paciente para ayudarle a conseguir sus objetivos terapéuticos.
Recuerda que, lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por ello es muy importante que puedas pedir ayuda a un especialista si lo necesitas. En nuestro centro de terapia breve, estaremos encantadas de poder acompañarte a tener una relación más saludable con la comida y contigo.
Puedes consultar por nuestro servicio de psiconutrición aquí.